REFLEXION ESTRATEGICA. IMPORTA LA OPINION DE TODAS LAS PERSONAS

En los últimos 4 o 5 años estamos asistiendo a un panorama de alta incertidumbre que hace inviable controlar el largo plazo, lo que ha llevado a las organizaciones de casi cualquier tamaño a plantearse realizar reflexiones estratégicas, de cara a tener más controlado el futuro a corto y medio plazo.

A la hora de realizar estas reflexiones estratégicas, se nos plantea un dilema sobre cuántas personas deben participar en dicha reflexión, y sobre todo QUÉ personas deben ser las que participen.

Hacer una reflexión contando con todas las personas, en empresas que emplean a un número ya elevado de ellas, se puede hacer difícil y retrasar los planteamientos que deben dirigir la organización en el siguiente periodo de 3 a 4 años, lo que supone ir añadiendo más incertidumbre aún al panorama venidero.

Pero no contar con casi nadie, como era habitual anteriormente, cuando los gerentes o directores generales llevaban a cabo la reflexión de forma casi individual, es también peligroso, por la falta de motivación y arraigo que puede generar en el personal.

Así pues, ¿con quién debemos contar a la hora de realizar una reflexión estratégica?

Los tiempos en los que la reflexión estratégica era cuestión de la dirección han pasado a mejor vida.

Estamos en un entorno muy cambiante que requiere una sistemática Bottom Up, y no Top Down. En entornos como los actuales, debemos realizar reflexiones Bottom Up, en la que los mandos intermedios proporcionan información proveniente de los mercados, clientes y de las propias personas de la organización, para, con esa información, ayudar en la reflexión estratégica, refrendada por la dirección, que también participa en ella.

Es decir, en toda reflexión estratégica, la participación de los mandos intermedios es básica dado el conocimiento que tienen de ese entorno de la organización y de su incertidumbre.

Es por ello que deberían participar activamente en la reflexión estratégica de cualquier organización.

Ahora, ¿Qué ocurre en aquellas organizaciones que van creciendo, pero no establecen directamente mandos intermedios, sino personas que con el tiempo van cogiendo la confianza de la dirección, pero no están catalogadas como mandos intermedios?

En esas ocasiones se deberían tener en cuenta las opiniones y el conocimiento de la organización de estas personas, dando pie a que cualquier persona empleada con un alto grado de permanencia en una organización participe en estas reflexiones estratégicas, sin la necesidad de que sea un mando intermedio.

De esta manera, los mandos intermedios o esas personas con mayor grado de conocimiento de la organización, deberían ser las que iniciaran un pequeño proceso de consulta frente a todas las personas, para luego utilizar esa información en la reflexión.

Así, se incorporan dichos conocimientos en la reflexión y, a la hora de presentarla a las personas que conforman la organización, se pueden llegar a ver reflejadas en algunos aspectos, consiguiendo que el sentido de permanencia sea mayor.

El objetivo es lograr que la reflexión no sea tan solo una vuelta de tuerca más de la dirección frente a los empleados.

JAVI HERNÁNDEZ

Técnico experto en Estrategia Empresarial